La enfermedad comienza abruptamente, con fiebre alta, dolor de cabeza intenso y malestar general. Muchos pacientes desarrollan signos hemorrágicos severos dentro de los siete días.
MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de dos casos de infección por el virus de Marbug, una fiebre hemorrágica viral altamente infecciosa de la misma familia que la más conocida enfermedad del virus del ébola, en Ghana.
Los dos pacientes de la región sur de Ashanti, ambos fallecidos y sin parentesco, mostraron síntomas que incluían diarrea, fiebre, náuseas y vómitos. Los preparativos para una posible respuesta al brote se están estableciendo rápidamente a medida que se realizan más investigaciones.
«Las autoridades sanitarias están sobre el terreno investigando la situación y preparándose para una posible respuesta al brote. Estamos trabajando en estrecha colaboración con el país para aumentar la detección, rastrear contactos y estar preparados para controlar la propagación del virus», ha dicho el representante de la OMS en Ghana, Francis Kasolo.
La OMS ha enviado a la zona para apoyar a las autoridades sanitarias de Ghana, reforzando así la vigilancia de enfermedades, las pruebas, el rastreo de contactos, la preparación para tratar a los pacientes y el trabajo con las comunidades con el fin de alertarlos y educarlos sobre los riesgos y peligros de la enfermedad y, a la vez, colaborar con los equipos de respuesta de emergencia.
Se han informado brotes anteriores y casos esporádicos de Marburg en África en Angola, la República Democrática del Congo, Kenia, Sudáfrica y Uganda. El virus se transmite a las personas a través de los murciélagos de la fruta y se propaga entre los humanos a través del contacto directo con los fluidos corporales de personas, superficies y materiales infectados.
La enfermedad comienza abruptamente, con fiebre alta, dolor de cabeza intenso y malestar general. Muchos pacientes desarrollan signos hemorrágicos severos dentro de los siete días. Las tasas de letalidad han variado del 24 por ciento al 88 por ciento en brotes anteriores, según la cepa del virus y el manejo del caso.
Aunque no hay vacunas o tratamientos antivirales aprobados para tratar el virus, la atención de apoyo (rehidratación con líquidos orales o intravenosos) y el tratamiento de síntomas específicos mejora la supervivencia.